Valentina era de ese tipo de personas que nunca hacían nada por hacer, pues todo en su vida, dentro de su orden anárquico, la más nimia decisión, tenía algún sentido, que podía ser más o menos oculto para el resto de la humanidad, pero claro y diáfano para ella. Compartimos un plácido paseo en bicicleta desde Largo Argentina hasta el Panteón, donde según los entendidos se podía encontrar el mejor espresso del mundo,…
El mejor espresso del mundo en el café “La Tazza d’Oro”… No 4
